Adsense

lunes, 11 de abril de 2016

DIBUJOS COLOREAR " DÍA DE LA MADRE "

Aquí os dejo unos dibujos por si os puede ayudar para el día de la madre.








ELÍAS ES ALIMENTADO POR LOS CUERVOS



Tras la muerte de Salomón, en Israel hubo otros reyes. Acab fue uno de los reyes de Israel, el peor que tuvo el pueblo de Dios. Acab estaba casado con una mujer perversa llamada Jezabel, esta mujer convenció al rey Acab para adorar a un dios falso llamado Baal. Acab incluso construyó un templo para honrar a Baal y levantó una imagen del dios Asera, para que todos fueran a adorarlo, y así fue como el pueblo de Israel se volvió idólatra. Dios condena la idolatría así que Dios estaba muy enfadado con su pueblo y con el rey Acab.

Pero había un hombre en Israel llamado Elías que amaba al Dios verdadero. Elías era un profeta. Un profeta, en el Antiguo testamento era un mensajero de parte de Dios. El profeta debía de llevar un mensaje a la persona, ciudad, pueblo... que Dios le ordenara. En ocasiones estos mensajes no eran buenos.


Elías llegó al palacio del rey y le transmitió el mensaje dado por Dios: "Mi Dios, que es el Dios de Israel dice que no habrá lluvia ni tan siquiera rocío en todos estos años sino por mi palabra. Tus ídolos no pueden hacer que llueva". Dicho esto salió rápidamente del palacio, este mensaje era terrible para el pueblo, significaba que la tierra se secaría, que las plantas no crecerían y que los animales no tendrían que comer... las personas y los animales se morirían de hambre. El rey Acab debía de estar muy enojado por lo que había escuchado de Elías.

Dios le había advertido a Elías que después de profetizar saliera corriendo a esconderse al arroyo de Querit junto al río Jordán. Elías obedeció, sabía que su vida estaba en peligro, Acab lo culparía de la sequía pero él también debería sobrevivir en medio de la situación de hambre que estaba llegando.

Dios había prometido a Elías que Él enviaría cuervos a alimentarle "Cuando tengas sed bebe del arroyo y cuando tengas hambre no te preocupes, yo enviaré curvos que te lleven el alimento que necesites".

Elías se fue junto al arroyo, se sentó, y allí pensó en todo lo que le había sucedido últimamente cuando repentinamente escucha unos graznidos a su alrededor. Elías miró y vió como unos enormes cuervos negros venían hacia él, soltaban algo. Era tal y como le prometió Dios. Cada día Elías era visitado por los cuervos que le llevaban pan y carne por la mañana y por la tarde.

Al cabo de un tiempo el arroyo se secó porque no llovía, pero Dios lo cuidó cada día. Elías obedeció a Dios y Dios proveyó de alimento cada día para él.

DIOS NOS CUIDA Y NOS DA LO QUE NECESITAMOS CADA DÍA








ELÍAS Y LA VIUDA DE SAREPTA



En un lugar llamado Sarepta vivían una mujer viuda y su hijo. Era una época de mucha hambre en Israel. No llovía desde que el profeta Elías visitó al rey Acab y le informó de que no llovería a causa de la idolatría.
 
Los ríos y los arroyos se habían secado y las tierras no producían. La terrible sequía había destruido las cosechas.

La mujer salió a buscar madera para encender la cocina y hacer una torta de pan; solo le quedaba un poco de harina y aceite, era todo lo que tenían para comer.
- Esta será nuestra última comida -pensó con tristeza.

Mientras estaba recogiendo la leña se le acercó un hombre que le pidió primero agua y después algo para comer. El hombre era el profeta Elías que acababa de llagar a Sarepta pues Dios le había ordenado que fuera a esa ciudad.

La viuda le dijo al profeta: -Sólo tengo un poco de aceite y harina para mi y para mi hijo. He salido a buscar leña para hacer una torta, esta será nuestra última comida, después moriremos.

Pero el profeta Elías insistió: -Prepárame una torta primero para mi, después comeréis tu y tu hijo. No os va a faltar comida hasta que vuelva a llover.
La viuda hizo lo que Elías le pidió, preparó la torta y le dio de comer primero al profeta.
Entonces sucedió algo increíble. La viuda no podía ir a la tienda a comprar porque no había nada en las tiendas, pero cada vez que se acercaba a su cocina había harina y aceite en cantidad suficiente para hacer unas buenas y ricas tortas.
Cada noche la tinaja de harina y la vasija de aceite se rellenaban, y la mujer viuda y su hijo no volvieron a pasar hambre.
Debido a que ella compartió lo que tenía en su casa, nunca volvió a tener necesidad.

Un tiempo después el hijo de la viuda enfermó de una grave enfermedad y murió. La viuda en su desesperación llamó a Elías.
Elías tomó al niño en sus brazos y lo llevó a su cama. Entonces oró a Dios pidiendo un milagro. Después Elías hizo algo muy sorprendente. Se echó encima del cuerpo del niño tres veces y pidió a Dios que hiciera que el niño volviera a vivir.
 
Y así sucedió, el niño revivió. Elías lo llevó en sus  brazos a su madre - Tu hijo vive, le dijo
La viuda estaba feliz, no solo había visto como por medio de Elías su hambre se había acabado sino que ahora su hijo, que había muerto, volvía a la vida.

- Ahora se que eres un hombre de Dios, y que la Dios habla de verdad por medio de ti, le dijo la mujer.
 
No hay nada imposible para Dios. Si creemos y obedecemos, Dios puede hacer grandes milagros.