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jueves, 4 de febrero de 2016

PARÁBOLA DEL BUEN SAMARITANO

Jesús respondió: un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó. Cayó entre ladrones que le robaron todo lo que llevaba, lo hirieron gravemente  y se fueron dejándolo medio muerto. Un sacerdote  bajaba por aquel camino; al verlo, dio un rodeo y paso de largo.



 Igualmente un levita, que pasaba por allí, al verlo, dio un rodeo y paso de largo. Pero llegó un samaritano, que iba de viaje, y al verlo, se compadeció de él. Se le acercó.




Le vendó las heridas. Lo montó en su cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente sacó dinero y se lo dió al posadero diciendo:  "Cuida de él y lo que gastes de más  yo te lo pagaré a la vuelta".



 





 

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