Igualmente un levita, que pasaba por allí,
al verlo, dio un rodeo y paso de largo. Pero llegó un samaritano, que
iba de viaje, y al verlo, se compadeció de él. Se le acercó.
Le vendó las heridas. Lo montó en su
cabalgadura, lo llevó a una posada y cuidó de él. Al día siguiente sacó
dinero y se lo dió al posadero diciendo: "Cuida de él y lo que gastes
de más yo te lo pagaré a la vuelta".
Muy buenas imagenes (y)
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