No se
sabe mucho de José de Nazaret. Las fuentes con las que se cuenta son
los evangelios de Mateo y Lucas; gracias e ellos conocemos que
fue un carpintero, y que según nos lo describe la tradición de la
Iglesia, pertenecía a la familia de los nazareos.
José
no era rico, puesto que cuando llevó a Jesús al templo para ser
circuncidado y a María para ser purificada tras tener a su hijo,
ofreció el sacrificio de dos tórtolas o un par de palomas,
permitido sólo a aquellos que no podían pagar un carnero.
No
obstante su humilde trabajo y lo escaso de sus medios de
subsistencia, José provenía de un linaje real. Lucas y Mateo
discrepan acerca de los detalles de su genealogía, pero ambos
subrayan su descendencia directa de David, el más grande rey de
Israel.
Según
se nos cuenta era un hombre aproximadamente 19 años mayor que Jesús
por lo que, aunque casi siempre lo hayamos visto con largas barbas
blancas, no tiene nada que ver con la realidad; se cree que murió
cuando Jesús contaba 12 años de edad.
San
Mateo narra que San José se había comprometido en ceremonia pública
a casarse con la Virgen María. Pero que luego al darse cuenta de que
Ella estaba esperando un hijo sin haber vivido juntos los dos, y no
entendiendo aquel misterio, en vez de denunciarla como infiel,
dispuso abandonarla en secreto e irse a otro pueblo a vivir. Y dice
el evangelio que su determinación de no denunciarla, se debió a que
“José era un hombre justo”, convirtiéndose así en el esposo
legal de María y padre adoptivo de Jesús.
Como
buen padre protegió a su familia por encima de todo, cuando estaba
en peligro, inmediatamente dejó cuanto poseía, su familia y amigos
y huyó a un país extraño (Egipto) con su joven esposa y el niño.
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