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jueves, 28 de octubre de 2010

ADVIENTO

Preparamos la venida del Señor. El ADVIENTO
1. Presentación. Para la siguiente semana vamos a entrar en el tiempo de
adviento un tiempo de espera y esperanza. En el nosotros los hombres
celebramos que Dios nos quiere mucho y por ello envía a su hijo.
2. Dinámica cristiana. Vamos aprender que el tiempo de adviento esta cargado de signos y símbolos muy valiosos.

EL COLOR. El papa Inocencio III (1198-1216) fue el que esbozó el uso
de los colores litúrgicos que utilizamos actualmente en las
celebraciones de la Iglesia. Este papa basó su simbolismo sobre las
interpretaciones alegóricas de los colores y las flores mencionados en
la Escritura, especialmente en el libro del Cantar de los Cantares,
donde los colores juegan un importante papel en toda la narración.

- El VIOLETA o PÚRPURA: simbolizan que es un periodo donde tenemos que prepararnos y la mejor manera es haciendo pequeños sacrificios para así vivir másintensamente este periodo. Se llevan durante la Semana Santa, los domingos de Cuaresma y en los cuatro domingos de Adviento.

- El BLANCO: simboliza la pureza y la alegría. El blanco se utiliza en el tiempo de Navidad y Pascua y para las fiestas de la Ascensión de Jesús al cielo y la Epifanía, en definitiva, los eventos que no conmemoran la pasión y muerte de Cristo. También se utiliza en las festividades de la Virgen María, de los ángeles y de los santos que no fueron martirizados.

La corona de Adviento . 
Las tradiciones y costumbres son una manera de hacer presente lo que ocurrió, o lo que se acostumbraba hacer, en tiempos pasados. Son los hechos u obras que se transmiten de una generación a otra de forma oral o escrita. Se podría decir que tradición es lo que nuestros antepasados nos han entregado.
La corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante el invierno en representación del dios sol, pidiéndole que regresara con su luz y calor. Los primeros misioneros aprovecharon esta costumbre para evangelizar a las personas. Partían de lo que ellos tenían y les enseñaban la fe católica.

La corona está formada por diversos símbolos:
La forma circular de la corona: El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor
de Dios, que es eterno, sin principio ni fin. También, representa nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.

Las ramas verdes: Verde es el color de esperanza y vida. Dios quiere que esperemos su gracia, el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.

Las cuatro velas: Simbolizan la obscuridad provocada por el pecado que ciega al hombre y lo aleja de Dios. Después de la primera caída del hombre, Dios fue dando, poco a poco, una esperanza de salvación que iluminó todo el universo como las velas la corona. Así como las tinieblas se disipan con cada vela que encendemos, los siglos se han ido iluminando con la cada vez más cercana llegada de Cristo a nuestro mundo.

Son cuatro velas las que se ponen en la corona. Se prenden de una en una, durante los cuatro domingos de Adviento, al hacer la oración en familia. Se acostumbra usar diferentes colores: una morada, una roja, una rosa y una blanca. Hay quienes acostumbran poner tres velas moradas y una rosa o blanca. Se prenden primero las moradas que nos recuerdan que es tiempo de penitencia, de conversión. La blanca o rosa significa la alegría de la llegada de Jesucristo.

Las manzanas rojas que adornan la corona: Representan el fruto del jardín del Edén con el que Adán y Eva trajeron el pecado al mundo. Pero, también trajeron también la promesa del más grande Salvador.

El uso del calendario familiar de las semanas preparatorias de Navidad es de origen germánico y esta tradición nació —se dice— de la imaginación de un padre de familia que quería canalizar la impaciencia de sus hijos. Les preparaba imágenes religiosa cada mañana para que las adornaran y colocaran.

Con el tiempo y la imaginación creadora de los realizadores, se convirtió en una verdadera catequesis que se generalizó muy pronto. Sea como sea, lo importante es que desde el primer domingo de Adviento hasta el día 25 las ilustraciones y las imágenes se transforman en costumbres.

En casa, en las ventanas y otros sitios aparecía cada día una frase que facilitaba la oración del día. Por ejemplo, el calendario de cualquier año, muy bien editado, unía admirablemente los textos bíblicos con las actividades del día vivido en cada entre padres e hijos.
El editor seguía en este camino diario los textos litúrgicos y bíblicos de cada

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